Vaquillas

Zezenak

Sanfermines, 13 de julio de 2012

La suelta de vaquillas en el coso taurino viene a ser el colofón al encierro de toros. Comienza cuando la última manada de mansos, tras el último toro, ha entrado en los corrales de la plaza.
Las vaquillas que protagonizan el espectáculo son pequeñas reses que tienen los cuernos embolados para evitar males mayores; y aún así, suelen causar algún que otro disgusto a aquellas personas que  sin experiencia se atreven a ponerse demasiado cerca.
Se trata pues de un acontecimiento entretenido donde los revolcones y las caídas son muy frecuentes. 
Los mozos con más experiencia realizan espectaculares quiebros con los que van sorteando la embestida de las reses; incluso algunos, con más suerte, aprovechan la inercia de sus movimientos saltando de frente y por encima de sus cabezas, arrancando ovaciones y aplausos del público. Otros, en cambio, tienen especial querencia a coger a las vaquillas por el rabo para demostrar no sé qué, provocando así abucheos y silbidos.
Antiguamente, a las sueltas de reses se la conocía con el nombre de 'novilladas'. Parece ser que, por entonces, se soltaban en la Plaza del Castillo novillos machos de menos de cuatro años.
En sus inicios surgió como un acontecimiento popular y espontáneo, donde no había ni organización ni normas y todo se dejaba a la improvisación de los mozos pamploneses.
Después, a lo largo de los años, y como consecuencia de algunos comportamientos violentos, el Ayuntamiento de Pamplona fue regularizando el evento.
Actualmente se emite un bando municipal en el que se prohíbe "agarrar, hostigar o maltratar a las vaquillas, así como impedir su salida al coso o su entrada a los toriles".
Como anécdota, se sabe de cierto famoso escritor norteamericano llamado Ernest Hemingway sufrió un percance un día 8 de julio de 1924, al intentar sujetar por los cuernos a un novillo embolado, terminando con un gran revolcón.

Parte de la entrada a la plaza es gratuita, siendo premiados los más madrugadores con las mejores localidades. Y para que la espera no se alargue en demasía, la banda del Maestro Bravo se encarga de amenizar el ambiente desde el centro del coso taurino, finalizando su actuación dando una vuelta al ruedo.






Finalizando el encierro de toros

Momentos de tensión y nervios en la plaza de toros. 
Dos pastores esperan la llegada de mozos y toros frente a la entrada del callejón. No saben si la manada vendrá suelta o compacta, y lo peor es que algún toro se haya rezagado y venga solo. El riesgo es grande y la preocupación máxima.




Uno de los toros se da la vuelta antes de entrar a toriles.

Cuatro toros y un manso se dirigen derechos hacia los corrales.


El encierro termina cuando la última manada de mansos entra a los toriles.

Esperando a la suelta de las vaquillas, tras finalizar el encierro de toros.


La suelta de vaquillas





El comportamiento de las vaquillas es imprevisible. Se dice que algunas son tan resabiadas que huelen el miedo, y como se fijen en alguien... ¡que no le pase nada!
Bueno, siempre habrá alguien que salga al quite...




El comportamiento de algunas personas es más que temerario. Se dice que la ignorancia es muy atrevida. En esta secuencia lo podemos ver. Algunos 'mozos y mozas' se agolpan en la puerta del toril esperando de frente la salida de la res. No se quieren perder el instante de máximo riesgo y preparan sus cámaras.








Abriendo pasillo frente a la vaquilla.

Sacan al manso para ayudar a la vaquilla a encontrar la entrada al toril. Algunos, de espaldas, ni se enteran.

La vaquilla se cruza con el manso provocando algunos sustos.

Pasando entre dos mozos.





Tras golpear seriamente a tres mozos, todavía hay alguien que se atreve a sacarle una foto a esta vaquilla. Después siguió arremetiendo a otros mozos.






Se dice que estos animales tienen cierta preferencia por el color rojo. En la siguiente secuencia se demuestra que es cierto.











Cuando menos se espera les da por realizar 'labores de limpieza' de las barreras, intimidando a los que están cómodamente situados en ellas.









Otras veces suele ocurrir que una vaquilla fija su mirada en alguien de tal manera que es como si el resto de los mozos que acuden a citarle no existieran. Es entonces cuando muestra un comportamiento obstinado y se empecina en cornear una y otra vez a la misma persona. Finalmente, los mozos tienen que asistirle para evitar que la gravedad del incidente adquiera niveles de tragedia.








La fuerza que tienen estos animales se demuestra en la siguiente secuencia, donde esta vaquilla es capaz de llevarse a dos mozos por delante, propinándoles un buen revolcón.





Todo esto y más sucedió en la mañana del 13 de Julio de 2012.
Juantxo.

Agurrak







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