Corrida de rejones, 6 de julio de 2011
Desde 1999 la corrida de rejones forma parte del programa oficial de la Feria del Toro de las fiestas de San Fermín.Con la plaza llena hasta la bandera, cada 6 de Julio se celebra este espectáculo taurino de primer orden a nivel mundial, donde la simbiosis toro-caballo adquiere un especial protagonismo.
Ganadería de Pedro Gutiérrez Moya, El Niño de la Capea. Toros salmantinos bien presentados que dieron mucho juego. Estuvieron excelentes "Bayumquero" (el tercero) y "Sacristán" (el sexto); nobles "Tenerife" (el primero) y "Romerito" (el segundo); y manejable "Talador" (el cuarto).
Rejoneadores: Pablo Hermoso de Mendoza, Sergio Galán y Roberto Armendáriz en su segunda comparecencia.
Hermoso de Mendoza y Armendáriz salieron a hombros por la Puerta del Encierro tras cortar dos orejas cada uno en una buena corrida. En cambio, Sergio Galán salió a pie de la plaza rompiendo una excelente racha de ocho Sanfermines consecutivos, aunque su actuación en los tercios de banderillas alcanzó un gran nivel, con un rejoneo de calidad. A destacar sobre todo las dos faenas de Hermoso de Mendoza, que con su acostumbrada maestría fueron todo un despliegue de naturalidad y temple. Toreando de principio a fin desde la montura, ajustó banderillas y rejones sin esfuerzo aparente.
Instantes previos al acontecimiento. Los trabajadores van ocupando su lugar dispuestos a iniciar sus labores.
Arenero preparado en actitud de espera.
Los alguacilillos de Pamplona, Antonio Moreno y Juan de Dios Iglesias, despejan la plaza antes de acudir a la cita con los tres rejoneadores.
Pablo Hermoso de Mendoza es el primer rejoneador que aparece en el ruedo, ataviado con chaquetilla azul monta a "Silveti" de color negro morcillo.
Los tres rejoneadores aparecen juntos en el ruedo. De izquierda a derecha: Sergio Galán con chaquetilla azul oscuro monta a "Capea" de color tordo en fase blanca; Roberto Armendáriz, en el centro, con chaquetilla marfil monta a "Prometido" con capa castaña, y Pablo Hermoso de Mendoza con su caballo "Silveti".
Alguacilillo conteniendo a su caballo en el tendido 7.
Vuelta al ruedo y saludos de cara al público.
Galán dirige los ejercicios de calentamiento de "Capea".
Los tres caballeros realizan conjuntamente el "carrusel de saludo", donde cada uno muestra las virtudes de doma de alta escuela que han enseñado a sus caballos.
Alguacilillo y arenero.
Dos areneros observan los ejercicios de doma.
Sergio Galán finaliza los ejercicios y se retira saludando.
Roberto Armendáriz saludando al finalizar los ejercicios.
El cruce de los alguacilillos es jaleado por el público.
Primera lidia - "Tenerife"
Toro: "Tenerife", de la ganadería de San Mateo, con 547 kg. de peso.Torero: Pablo Hermoso de Mendoza.
Caballos: "Dalí", "Chenel", "Ícaro" y "Pirata"
Con una carrera de casi 25 años y unas dos mil corridas a sus espaldas, el maestro Hermoso de Mendoza disfrutó con los toros exigentes que le tocó lidiar, poniendo al público en un vilo con sus arriesgados rodeos que llenaron de emoción el coso taurino.
Pablo abre el cartel saludando a las autoridades montando a "Dalí", un caballo alazán de siete años. El hecho de abrir primero tiene la dificultad añadida de encontrarse con un público todavía frío, además de tener que lidiar el cuarto toro en plena merienda de los aficionados. No obstante, la faena fue completa y Pablo lidió desde el principio hasta el fin desde la montura, clavando banderillas y rejones muy ajustados, lo que le valieron las dos orejas.
El primer toro de la tarde sale con fuerza tras abrir la puerta de chiqueros el torilero Daniel Azcona. Con este toro, Pablo Hermoso realizó los pases más difíciles de la tarde ya que le costó pararlo, pero lo fijó en cuatro excelentes rodeos y recortes con mucho riesgo, ayudado por dos de sus grandes caballos muleteros: "Chenel" e "Ícaro".
Al tratar de parar a "Tenerife", éste tira el derrote asestando un golpe en la pata trasera de "Dalí".
El primer rejón de castigo lo coloca arriba, y después torea con temple arrimando la banderola a la cara del toro.
En el primer cambio de cabalgadura saca a "Chenel", de color castaño muy oscuro, con el que tras colocar las banderillas torea de costado al toro rozando la perfección. Continua provocando al toro para que se arranque, pero al no conseguir entrar por dentro lo torea saliendo de cara al astado, colocando un excelente par de banderillas al quiebro. El caballo está espectacular en los pasos hacia atrás.
En el siguiente cambio monta a "Ícaro", un caballo bayo con clase y temperamento, con el que realiza un quiebro perfecto al toro dejando un par de banderilla arriba; pero en esta ocasión, el toro no se ha dejado engañar y arremete con peligro.
"Ícaro" se enrosca sobre el cuello del toro en dos espectaculares secuencias, como si la suerte cargara sobre él.
La suerte del rejón de muerte la realizó con "Pirata", de color tordo en fase blanca. Tras clavar con acierto, Pablo se acercó a la testuz del toro inclinándose en reverencia y reconocimiento a su casta y trapío.
Al finalizar la faena, la gente en los tendidos sacan sus pañuelos blancos y rojos agitándolos con insistencia, y el presidente termina concediendo las dos orejas.
Vuelta triunfal al ruedo de la plaza.
Los areneros preparan el coso para la siguiente faena.
Segunda lidia - "Romerito"
Toro: "Romerito", de la ganadería de San Pelayo, con 510 kg. de peso.
Torero: Sergio Galán.
Caballos: "Uranio", "Ojeda", "Apolo" y "Mago"
Sergio Galán toreó por noveno año consecutivo. Aunque estuvo sobrio y eficaz en su primera faena, en general no tuvo suerte.
El segundo todo "Romerito" salió muy veloz. Cuando los auxiliares lo atraen hacia el burladero, tuvo un amago de saltar al callejón, quizás obligado por la inercia.
Sergio montando a “Uranio”, un caballo tordo en fase casi blanca, lo torea con mucho temple.
En su persecución, el toro va muy pegado a la cola del caballo.
Tras colocarle el rejón de castigo, Galán sigue toreándole con la banderola.
En el cambio de cabalgadura saca a "Ojeda", un caballo de raza lusitana de color tordo vinoso. Se enfrenta con valentía al toro. El jinete realiza un toreo perfecto y coloca un extraordinario par de banderillas.
En la primera banderilla el toro embiste de frente con mucho peligro.
En la segunda banderilla realiza un rodeo muy arriesgado.
Sergio continua toreandole de costado y el toro se le acerca muy pegado a la grupa.
Aquí el caballo no le pierde la cara al toro.
El toro muestra querencias por las tablas, pero Sergio termina llevándolo al centro del ruedo.
En el siguiente cambio saca un excelente caballo de nombre "Apolo"; un caballo portugués con hierro de Ruiz Salvador con el que termina luciéndose.
Con el cuarto caballo logra un rejonazo perfecto. La gente saca sus pañuelos mayoritariamente y el presidente Enrique Maya le concede una oreja.
Tercera lidia - "Bayumquero"
Toro: "Bayunquero", de la ganadería de San Mateo, con 544 kg. de peso.
Torero: Roberto Armendariz.
Caballos: "Celador", "Ranchero", "Polvorilla" y "Trasnochador"
El rejoneador navarro Roberto Armendariz entra en el coso montando a "Celador", un caballo negro; se baja de él y abraza a su compatriota Pablo Hermoso de Mendoza tras brindarle el toro en agradecimiento por el apoyo prestado en su preparación.
"Bayumquero" es un toro bragado que como el anterior sale muy veloz ("con muchos pies"). Roberto lo recorta muy bien, en la línea de la escuela. En seguida le coloca el rejón de castigo y lo rodea con la banderola.
Con el segundo rejón torea de manera excelente, con la cola del caballo pegada a la testuz del toro que persigue al caballo sin hacer derrotes. El toro colabora con las incitaciones empleándose de tal manera que "Celador" se aploma.
Aquí realiza un quiebro perfecto antes de clavar.
Se va al extremo de la plaza y cita al toro de lejos.
Para las banderillas sale montando a "Ranchero", un caballo castaño de siete años, hijo del afamado "Cagancho". Ofrece un exquisito toreo con mucho temple.
Otro cambio en el ruedo; sale montando a “Polvorilla”, un caballo alazán pelo de vaca de 14 años. Tras realizar buenos pases templa al toro de manera extraordinario. A continuación coloca un excelente par de banderillas y sigue templando las embestidas mientras el toro persigue al caballo que torea todo el rato con la cara por delante.
Sigue toreando de costado y entra cambiando la trayectoria: otra gran ovación.
Se coloca perpendicualr para citar al toro de frente.
Deja la farpa en todo lo alto y el público le ovaciona.
Aquí le cita de frente quebrando desde muy cerca, pero el toro no responde al engaño.
Nueva cabalgadura con "Trasnochador", caballo tordo especializado en las banderillas cortas. Las coloca en lo alto de manera perfecta una tras otra.
Con el rejón de muerte.
Entrando a matar rejonea sin soltar, pero pincha alto y recibe palmas de ánimo.
No tiene suerte en sus tres intentos. El toro tarda en doblar y solicita el descabello. Tras acertar al primer intento tira los trebejos al suelo y termina saludando al público desde el centro del coso taurino. Ovación al toro cuando lo retiran y merecida vuelta al ruedo.
Cuarta lidia - "Talador"
Toro: "Talador", de la ganadería de San Mateo, con 541 kg. de peso.
Torero: Pablo Hermoso de Mendoza.
Caballos: "Curro", "Manolete", "Macao" y "Pirata"
Pablo brinda el cuarto toro a su padre, Pablo Hermoso de Mendoza Galiano, quien le besa con emoción.
Esperando a la siguiente faena.
Triste ovación la que se llevó Sergio en su segunda lidia y que sonó a despedida. Le tocó un toro noble que salió de los chiqueros con la divisa puesta, con la que el ganadero trató de estimular su salida, pero resultó un toro distraído y huidizo.
Sergio sale montando a Amuleto, un caballo de color bayo. Después de colocar el rejón de castigo torea a Ladrillero con la banderola de forma magnífica.
Al cambiar de caballo elige un tordo rodado vinoso marcado con el hierro portugués de Mario Viñas, con el que torea de costado rozado la perfección.
A continuación se aleja tomando distancia al toro para enseguida acercarse a él; juega antes de quebrarlo y le coloca bien la farpa, pero falla el arpón al saltar el palo.
Lentas cabalgadas de costado anteceden al clavado de las farpas y se reciben con admiración. Sigue toreando de manera magnífica y recibe gran ovación del público.
Con el tercer cambio de montura saca a Apolo, un excelente caballo con el que torea de manera elegante y preciosa, poniendo dos excelentes pares de farpas con quiebros.
Se acerca a la cara del toro realizando sensacionales pases. Nueva ovación.
Con el rejón de muerte pincha dos veces. Acierta al tercer intento y echa el pie a tierra. Pide permiso a la autoridad para descabellar lográndolo al segundo intento.
Recibe una oreja.
Se sabe que en el festejo taurino del 10 de julio de 1628, los mulilleros sacaron al coso tres mulas sustituyendo a los carros que cargaban con el peso de los animales muertos, que por entonces podían ser tanto los toros de lidia como los caballos de los picadores.
Actualmente, la plantilla de areneros está formada por siete personas. Sus labores comienzan a las siete de la mañana, preparando el ruedo y el graderío, y despejando los accesos al patio de caballos. A las seis y media de la tarde comienzan las corridas, y tras adecentar el suelo en cada faena, terminan recogiendo las almohadillas que lanza la gente al coso al finalizar el festejo, además de limpiar los restos de comidas y retirar todo tipo de objetos.
Al día siguiente, deben volver temprano para habilitar la plaza momentos antes del encierro y otros eventos taurinos como las sueltas de vaquillas o los concursos de recortadores.
Sus funciones son muy reconocidas por los toreros y subalternos, pues en ello les va la suerte en las faenas taurinas y, a veces, la propia vida. Como anécdota, en una ocasión, el diestro Tomás Campuzano les brindó un toro a todo el equipo de areneros en agradecimiento a su trabajo.
Asimismo, el reglamento taurino reconoce la importancia de los areneros incorporándoles en la comitiva del paseillo inicial de la corrida que se realiza para saludar a la presidencia y autoridades de la plaza.
Máxima concentración momentos antes de la lidia de un fuerte toro que nadie quiere en el sorteo por aquello de la querencia del público en atender sus viandas. Quiere quedar bien ante sus paisanos. Aparece montando a "Curro", un eficaz caballo de color castaño.
Este toro fue el menos propicio de la ganadería de San Mateo porque escarbó con frecuencia y pegó algún que otro taponazo, complicando la faena.
Para las banderillas saca a "Manolete", de color tordo vinoso con el que ejecuta unos buenos pases.
Excelente par de
banderillas del que el caballo sale con un movimiento tan ajustado que está a punto de ser
herido.
“Macao” es un caballo marcado con el hierro del marqués de Domecq, de color alazán tostado.
Con "Macao" realiza un toreo magnífico.
Aquí cita al toro a corta distancia, unos tres metros, y coloca un par de banderillas al quiebro con precisión y mucho riesgo, levantando al público de sus asientos.
En el siguiente cambio monta a “Pirata”, un caballo tordo en fase blanca.
Aquí cita al toro de espaldas, con el caballo ofreciendo sus cuartos traseros.
Se acerca lateralmente alzando los palos cortos.
Adorna el par con movimientos previos de doma.
Con el par de banderillas cortas a dos manos roza la perfección.
Momento de máximo riesgo en el que el toro se "funde" con el caballo mientras Pablo clava en una postura casi horizontal.
Se adorna tocando la testuz del toro con un movimiento de máximo riesgo, en el que el cuerno acaba rozando el muslo trasero del caballo.
Y se vuelve a adornar realizando un rodeo muy rápido.
En la suerte final, rejonazo de muerte.
Pie a tierra, aparta al caballo que iba hacia el toro y se retira solo hacia los corrales.
Tras analizar la situación, se coloca delante del toro ante la mirada temerosa del auxiliar.
Se arrodilla, adornándose tocando la testuz del toro ya moribundo.
Lo rodea acompañándole en su agonía, como queriendo evitarle el sufrimiento.
Finalmente le da un beso antes de que el toro doble las patas.
Esta escena me produce un sentimiento contradictorio y cierta pena. Quizás a Pablo también, que acaba de esta manera reconociendo la labor del toro. Mientras, el público ocupado con la merienda no saca sus pañuelos al vuelo. Otra pena.
Quinta lidia - "Ladrillero"
Toro: "Ladrillero", de la ganadería de San Mateo, con 570 kg. de peso.
Torero: Sergio Galán.
Caballos: "Amuleto", " ", "Apolo" y "Ciclón".
Triste ovación la que se llevó Sergio en su segunda lidia y que sonó a despedida. Le tocó un toro noble que salió de los chiqueros con la divisa puesta, con la que el ganadero trató de estimular su salida, pero resultó un toro distraído y huidizo.
Sergio sale montando a Amuleto, un caballo de color bayo. Después de colocar el rejón de castigo torea a Ladrillero con la banderola de forma magnífica.
Al cambiar de caballo elige un tordo rodado vinoso marcado con el hierro portugués de Mario Viñas, con el que torea de costado rozado la perfección.
A continuación se aleja tomando distancia al toro para enseguida acercarse a él; juega antes de quebrarlo y le coloca bien la farpa, pero falla el arpón al saltar el palo.
Arrancando desde muy cerca, realiza un pase al quiebro que causa sensación.
La gente reacciona con otra gran ovación
Con el tercer cambio de montura saca a Apolo, un excelente caballo con el que torea de manera elegante y preciosa, poniendo dos excelentes pares de farpas con quiebros.
Se acerca a la cara del toro realizando sensacionales pases. Nueva ovación.
Pablo y Roberto observan la faena de Sergio desde la barrera.
Durante estos últimos años, Sergio ha alternado con Pablo Hermoso de Mendoza en el coso sanferminero conquistando el afecto del público navarro.
En el último cambio de cabalgadura deja a Apolo y saca a Ciclón, un caballo negro morcillo con el hierro de Barroso dotado de gran movilidad. Con él coloca tres rosas, una tras otra, adornándose tocando la testuz al toro seguido de dos empinadas gustando al público.
Recibe una oreja.
Mulilleros y mulillas
En el siglo XVII, la plaza de toros de Pamplona fue uno de los primeros cosos en los que se empleó a las mulillas para arrastrar a los toros muertos en las lidias.Se sabe que en el festejo taurino del 10 de julio de 1628, los mulilleros sacaron al coso tres mulas sustituyendo a los carros que cargaban con el peso de los animales muertos, que por entonces podían ser tanto los toros de lidia como los caballos de los picadores.
Areneros
Cuando el torero da el visto bueno, los areneros proceden a recoger los despojos y la sangre que deja el toro en la arena, asegurando así la limpieza del ruedo para la siguiente lidia. Son los encargados del acondicionamiento y mantenimiento de la plaza de toros. Con su labor mantienen la arena en perfectas condiciones. Para ello disponen de varios montones de arena situados en los burladeros o las vallas de la plaza con los que eliminan cualquier desigualdad que pudiera provocar cualquier tropezón a toros y toreros durante la corrida.
Actualmente, la plantilla de areneros está formada por siete personas. Sus labores comienzan a las siete de la mañana, preparando el ruedo y el graderío, y despejando los accesos al patio de caballos. A las seis y media de la tarde comienzan las corridas, y tras adecentar el suelo en cada faena, terminan recogiendo las almohadillas que lanza la gente al coso al finalizar el festejo, además de limpiar los restos de comidas y retirar todo tipo de objetos.
Al día siguiente, deben volver temprano para habilitar la plaza momentos antes del encierro y otros eventos taurinos como las sueltas de vaquillas o los concursos de recortadores.
Sus funciones son muy reconocidas por los toreros y subalternos, pues en ello les va la suerte en las faenas taurinas y, a veces, la propia vida. Como anécdota, en una ocasión, el diestro Tomás Campuzano les brindó un toro a todo el equipo de areneros en agradecimiento a su trabajo.
Asimismo, el reglamento taurino reconoce la importancia de los areneros incorporándoles en la comitiva del paseillo inicial de la corrida que se realiza para saludar a la presidencia y autoridades de la plaza.
Muy bonitas.Si señor.
ResponderEliminarGracias. Aún me quedan las fotos de tres lidias. Poliki, poliki.
ResponderEliminarMadre mia, menudo reportaje!! Precioso!!
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